Ciertamente nos tomó por sorpresa la renuncia del Santo Padre Benedicto XVI el pasado 11 de febrero, pero aprovechamos este espacio para reconocer su valioso servicio en favor de la Iglesia, mismo que hoy continúa de manera
diferente y muy apreciable , ya que, como él lo expresó: Quisiera servir de todo corazón a la santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria . Al mismo tiempo le pedimos al Señor que le conceda a nuestro nuevo Papa los dones que más necesita para conducir con sabiduría la
barca de Pedro.