De la poesía de Joaquín Marta Sosa, Rafael Arráiz Lucca destaca la síntesis alcanzada entre la pulsión narrativa y una muy decantada expresión lírica. Sobre este andamiaje el poeta elabora una suerte de reconstrucción de la memoria.
En
Amares la memoria se corporiza en el particular territorio del diálogo maduro con la mujer amada y en la presencia de ella como espacio de vida.