En Breves atajos coinciden cuentos breves, relatos y microcuentos que destacan por su variedad y condición sorpresiva. Su autor, incesante observador, nos invita a adentrarnos en las profundidades abisales del ser humano, cruzar fronteras a grupas de la imaginación, y transgredir la realidad con la afilada espada, a la vez caricia, de la palabra. Agustín E. Díaz-Pacheco concibe un universo personal definido por la narración corta, por la que ha dispuesto siempre predilección, aparte de hacedor de novelas (El Camarote de la Memoria, novela considerada como la «obra más importante de los últimos treinta años en la narrativa insular…, La Provincia, Antonio G. González, Gran Canaria, 5 de octubre del 2011). Es uno de esos escritores que no obedecen a los designios del consumismo, a la tentación de descender a los dictados de la banalizaciónde la cultura, plegándose únicamente al compromiso con la palabra. Breves atajos bien podría considerarse un homenaje a la resistencia pero sin sufrir la pérdida o el menoscabo de la sensibilidad, tan necesaria como la fortaleza, nutrientes ambas del arduo bregar cotidiano. Recorrer estos atajos, intensos por breves, dejarse embriagar por su quehacer literario, pleno de sutil ironía, será un gratificante trayecto.