Los costes indirectos se conceptúan como aquellos costes que no tienen una identificación clara con las unidades de actividad específicas o de producción. Por tanto, aún cuando son costes que contribuyen a la obtención de los outputs de la empresa, no pueden ser asignados a estos objetivos de una forma directa. Como ejemplos de costes indirectos se pueden citar: fuerza motriz, calefacción, luz, arrendamientos, etc.