La historia del cuento hebreo en la Edad Media comienza a partir del momento en que éste conquista una posición independiente en el ámbito de la literatura y alcanza la categoría de obra literaria.

La narrativa hebrea del periodo anterior era una parte integrante de la vasta literatura talmúdico-midrásica sin unas características propias; hasta el siglo VIII el cuento no es más que uno de los múltiples elementos que se encontraban dispersos en esta literatura, del que los sabios talmudistas no dudaban en hacer uso para ilustrar sus explicaciones y hacerlas más amenas. Pero la situación cambia completamente a comienzos de la Edad Media, en que el cuento adquiere forma literaria independiente. Surgen así, a partir del siglo VIII, las primeras colecciones de cuentos. Cuatro son las más importantes por su composición: el Alfabeto de Ben Sira, el Midrás de los Diez Mandamientos, el Libro Precioso de Salvación y el Sefer ha-Ma'asiyyot.

Esta antología está compuesta por una selección de 121 cuentos de tema histórico, biográfico, religioso o social que aparecen en la última colección citada: el Sefer ha-Ma'asiyyot (Libro de Cuentos).