El autor explica el título de este ibro que define su contenido y transmite, en las primeras páginas, a sus potenciales destinatarios lo nuclear del mensaje emitido, en tono y con lenguaje característicos de un buen comunicador. Por lo demás, la articulación de los capítulos del índice y los elocuentes títulos de cada uno estimulan, de inmediato, el interés y el deseo de adentrarse en la lectura. Al final se constata la solidez del hilo argumental, la lógica de las conclusiones y la armonía del discurso, donde el «splendor rei» o de la verdad se hace belleza y deleite...