En México cualquier referencia a los “servicios de inteligencia” remite a guerra sucia, persecución política, represión de disidencias, venganzas personales y ajustes de cuentas. Pero hasta ahora todo había quedado en el ámbito del mito y la sospecha. Con este escenario de fondo, Tomás Borges, exagente del Centro de Investigaciones para la Seguridad Nacional (CISEN), expone las dinámicas internas de las corporaciones responsables de la seguridad en el país. Pone de relieve la participación de estos grupos en casos como el linchamiento en Tláhuac, los episodios con bandas de secuestradores (particularmente en el caso del llamado Mochaorejas), la investigación de presuntos etarras en territorio mexicano, la presencia de guerrilleros en Chiapas y Guerrero, así como las tramas ocultas de la guerra contra el narco. El autor proporciona un inquietante registro sobre la delgada línea que, desde estas corporaciones, se teje entre los criminales y sus perseguidores, deja al descubierto las cloacas donde operan estas instancias y expone la fragilidad de los ciudadanos ante un aparato de seguridad manejado desde las sombras.