Manuel De Paz Sánchez
Cuando murió Alfred Diston, en 1861, aún sus plátanos canarios no ocupaban la mayor parte de la superficie agraria del Valle de La Orotava. Tal vez, si hubiese vivido para verlo, sus claros ojos de artista y su corazón emprendedor se hubiesen alegrado ante la nueva belleza de un paisaje geográfico (...)