Raye Morgan
Cari Christensen lo divisó al otro lado de la abarrotada discoteca. Y, sin darle ni siquiera tiempo a pensar que era el hombre perfecto, el desconocido, alto, moreno y atractivo como un galán de cine, la tenía fuera del local y metida en su coche. ¡Eso sí que era poder de seducción! Cuando Max (...)