Montreal, Jordi
Entonces el mundo se habrá movido, ambos podremos vislumbrar el resplandor en los ojos de aquellos paralizados y todo, absolutamente todo, seguirá su curso. Una nebulosa en el cielo, un anciano misterioso, unas mariposas en una cueva, la frialdad de unos disparos a bocajarro y la picadura (...)