Tellado, Corín
Ya llegará tu hora: “Por otra parte, su suegro tenía dinero. No sabía cuánto, pero sí el suficiente para vivir en cualquier otro lugar, solo o en una residencia para ancianos, cara y elegante. ¿Por qué no? Tenía que madurar la idea. Comoquiera que fuese llevaba tres años casada y siempre rumiando (...)