Un paradigma científico en emergencia está abriendo nuevas perspectivas epistemológicas para el estudio de las realidades físicas, biológicas, antropológicas y socioculturales. Sus ideas, conceptos y propuestas teóricas están trastocando la imagen que tenemos del mundo, del universo y de nuestra propia condición humana; por lo mismo, promueven un modo diferente de contemplar, entender, describir y relacionarnos con los fenómenos naturales y sociales.

La obra que aquí presentamos ha sido elaborada desde esas nuevas perspectivas. Nuestro propósito es contribuir al desarrollo de una educación distinta a la que estamos acostumbrados. Es necesario trascender el paradigma de educar para formar , transmitiendo el conocimiento, privilegiando la adquisición de competencias como un conjunto de atributos que deben tener las personas; todo ello mediante una especie de transacción entre mentes y bajo una visión lineal, de causa y efecto, de la realidad. A cambio, nos pronunciamos por una educación fundamentada desde la perspectiva del educere, que se refiere a la acción de conducir (ducere ) fuera de, es decir, extraer, aflorar, manifestar, educar. De ahí que en nuestra interpretación, el proceso educativo consista en ayudar a la persona a extraer de sí misma sus naturales capacidades y cualidades humanas; tarea que convoca a la realización de actividades que coadyuven a que el sujeto construya su propio aprendizaje en interrelación con su entorno social y natural, y desde sus propios referentes y experiencias vitales. Esa es la idea de fondo que subyace en la propuesta educativa de la Educación Relacional.

La Educación Relacional surge también como una propuesta para acercarse a la comprensión de la complejidad de lo real desde la perspectiva del hacer para ser, porque reconoce la correspondencia que existe entre la autonomía vital de cada sujeto con sus procesos de conocer, pensar, actuar y realizar su propia existencia. Reconoce también que el cultivo de la razón y del intelecto no agota las posibilidades de desarrollo de cada sujeto aprendiente, ya que es igualmente importante educar para el desenvolvimiento pleno y armónico de otras cualidades humanas: la emoción, el sentido estético, la creatividad, la intuición y el espíritu humano.