El anillo de Uriel es la primera novela de Tito del Muro. El anillo es un talismán que deberá proteger a los personajes y, llegado el caso, al mundo, de las fuerzas del Mal, muchas veces ocultas, pero no siempre. Lo que comienza siendo un incidente entre grupos de mafia rusa ajustándose cuentas va entretejiendo otras historias del pasado que justifican el presente y cierran un ciclo. La novela pone de manifiesto ideas sobre las apariencias y lo complicado del género humano y sus motivaciones. Lena y Marie son dos chicas que comparten piso en Madrid y cuyas historias contrastan enormemente. Van a ser involucradas, de manera involuntaria, en hechos de sangre que las unirán, a pesar de separarlas. Desde las primeras líneas encontramos a las víctimas de un crimen pero rápidamente constataremos su maldad y las de sus motivaciones vitales, que van desde la simple pecunia hasta la provocación del caos y la intención de llevar al mundo a una situación en la que los hombres se despedacen entre ellos. A su vez, los victimarios, quienes tienen unas motivaciones comprensibles, si no justificables, van a evolucionar a la vista de la posibilidad de su reconversión. Pueblan el texto, además, una serie de personajes que complementan las actuaciones y la caracterización de unos y otros a modo de grupos. En un supuesto punto neutro: la policía, con más de una sorpresa.