Es de lamentar que la figura del gran filósofo español Miguel de Unamuno no suscite entre los lectores cristianos el interés que merece. Para muchos, poco abiertos a los temas filosóficos, es un personaje desconocido. Y aun entre los pocos que osan adentrarse por los senderos de la historia del pensamiento, aquella angustia existencialista que en él se identifica con la agónica búsqueda de la fe les aleja de sus escritos. Prefieren a Ortega y Gasset, más europeísta, más sereno, más intelectual. Unamuno se percibe, en cambio, como más sentimental, más agitador, incluso más radicalmente español.Por ello, consideramos oportuno que, a modo de continuación de su primera obra publicada en esta misma colección de PENSAMIENTO CRISTIANO, La fe de Unamuno: un camino entre la niebla, el Dr. Rodrigo Segarra traiga de nuevo ante nosotros la importante presencia de la Biblia en la obra de Unamuno. Una presencia que nos llega especialmente a través de dos libros del Antiguo Testamento, Job y Eclesiastés, que marcaron profundamente al insigne filósofo español. En Job la lucha agónica de la fe, y en Eclesiastés el sosegado escepticismo de Qohélet.Dar a conocer cómo el autor de Del sentimiento trágico de la vida y La agonía del cristianismo leyó estos grandes textos bíblicos, y cómo los vivió, es el propósito de este nuevo libro, una aportación importante a la visión culta e intelectual del cristianimo. El lector encontrará aquí una exposición magistral que rezuma cariño hacia la obra del rector salmantino y amor por la Palabra de Dios.