A través de los años y con alguna frecuencia, los periodistas y los amigos me han preguntado cuál de mis libros creo que es mi obra maestra. Para dar una respuesta, nunca he tenido que hacer un repaso de los títulos que he publicado hasta el momento. Por lo regular, cada interlocutor tiene presente alguno de ellos y espera que yo lo reconozca como el mejor. No sé si los decepciono, o los desconcierto, cuando digo llanamente: Mi obra maestra es aquella que logró tocar la mente y el corazón de uno solo de mis lectores, y le abrió una nueva perspectiva desde la cual empezó a ser más feliz .El sentido de mi tarea como psicóloga y como escritora, encuentra una enorme satisfacción en el presente trabajo. En algunas de las obras anteriores he tratado distintos aspectos de la personalidad y del comportamiento, en procura de herramientas que contribuyan al proceso humano de crecimiento y madurez. En otras, he acompañado a las personas en sus distintos problemas cotidianos, con principios y análisis de carácter científico, y pautas que les permitan superarlos. He escrito para individuos hombres y mujeres; para las parejas, los padres de familia, los adolescentes y los maestros. En los tiempos difíciles los convoca a todos, incluyendo a los niños. Los llama para que establezcamos un diálogo íntimo y vivifi - cante, acerca de aquellos momentos en que nubes oscuras se apoderan del pensamiento y un aire frío se va calando en lo más hondo del alma. El hecho de estar preparado para hacerle frente a la adversidad es un indicador de madurez y equilibrio emocional.