Es significativo que el melodrama, como máximo exponente de la política
de géneros desarrollada por Hollywood, haya acabado por formar parte
del amplio abanico de herramientas con las que cuentan los creadores
plásticos contemporáneos. Al igual que ocurre con otros géneros como
el cine negro, de terror o ciencia ficción, el grado de aproximación por
parte de los artistas no parece obedecer a ninguna regla fija. Pero aún
así, nos encontramos con una serie de criterios básicos comunes a todos
ellos, que nos pueden ayudar a vislumbrar las causas y motivaciones de
dicha aproximación.
En el presente trabajo analizaremos el particular universo del pintor
norteamericano Alex Katz nacido en Brooklyn (Nueva York) en 1927
desde una nueva óptica, basada en su original modo de mantener vivo
el género del retrato en el arte contemporáneo. Su obra a pesar de haber
sido abundantemente estudiada por la crítica, consideramos, que no ha
sido analizada con la profundidad necesaria. Es frecuente encontrar en la
mayor parte de dichos estudios, una vinculación excesivamente tipificada
que lo vincula al Arte Pop, pero que a nuestro modo de ver, no analiza
aspectos mucho más profundos de su trabajo. En ese sentido, hemos
considerado oportuno centrarnos en la posible vinculación entre sus
pinturas y el melodrama, atendiendo fundamentalmente, al tratamiento
que ambos hacen del rostro como símbolo