La importancia, interés y originalidad del libro que los profesores cameruneses Sosthène Onomo Abena y Joseph­Désiré Otabela han dedicado al escritor guine­oecuatoriano Donato Ndongo Bidyogo se explican por razones internas y exter­nas a la obra estudiada. Entre las primeras hay que destacar la calidad literaria de la producción del más importante escritor de Guinea Ecuatorial, y el carácter de una escritura comprometida con los individuos que comparten unas determinadas con­diciones políticas, económicas y culturales. Escritura comprometida, pues, y muy elaborada estéticamente. Entre las razones externas hay que anotar la coincidencia entre el quehacer de Donato Ndongo y las modernas y acalarodas discusiones teóricas sobre el canon literario, que tantos cambios han producido en la enseñan­za de la literatura en las universidades norteamericanas sobre todo. La apertura a criterios distintos del lugar ocupado en la lista de los clásicos de las literaturas occidentales crea un ambiente favorable a trabajos como el presente. Porque, además, Donato Ndongo asume y defiende la existencia de una literatura guineoecuatoria­na con el ejemplo de su propia obra de creación, en su labor ensayística y de an­tólogo, y con su actividad institucional en la dirección de centros o creación de grupos que la promocionan. Añádase que los autores de este libro son historiado­res y profesores de la literatura de Guinea Ecuatorial con muy destacado papel en su reconocimiento oficial. El profesor Onomo, según mis noticias, tiene el mérito de haber sido el pionero de la introducción de la enseñanza de la literatura de la antigua colonia española en los programas universitarios. Joseph­Désiré Otabela es autor de una tesis en que la magnífica novela Los poderes de la tempestad es estudiada con la de Mario Vargas Llosa, que también habla de un dictador, La fiesta del chivo. En Camerún y en los EE UU de Norteamérica siguen enseñando la literatura africa­na en español.