Ésta es la razón de sentarme a escribir después de haberte leído sobre un papel que nada importa, el papel, no tú, que escribes con los dientes y la rabia y la soledad del que asesina sin querer los misterios y las mentiras y las buenas costumbres que dejan adormilado el corazón.
Esa es la razón de haberte leído y comprender que uno acaba por olvidarse de sí mismo para convertirse en lo que los demás quieren que seas para no incomodarse contigo. Esa es la clave de tu literatura, yo lo sé: escribir para no dejar que el otro se duerma y no resuelle y deje de sufrir o de tener miedo.
Elsa López