Persevera Masuriel en su afán de intentar hacerles pasar a sus lectores un ratito distendido y cordial con este nuevo Libro. Porque aquél o aquélla que se encuentre en la cama de un hospital por desgracia, o aquél o aquélla que esté disfrutando de unas merecidas vacaciones en la playa o en la montaña por fortuna, o aquél o aquélla que ya acabó su jornada de trabajo ¡por milagro!, o aquél o aquélla que ya en la sobria jubilación por suerte, o aquél o aquélla que en la dolorosa invalidez por la fatalidad…, piensa Masuriel que lo necesitan imperiosamente. Y de nuevo insiste en su fórmula de presentar ¡muchos! dibujitos tiernos y de corte naif , para sobre ellos ir contando chascarrillos propios y chascarrillos de toda la vida, y así hacerles olvidar a sus incondicionales, siquiera por unos minutos, las asperezas de esta azarosa vida terrenal.