Una avasalladora denuncia del sistema totalitario que desencadenara en 1959 la Revolución cubana, el laureado proceso que, lejos de restituir el curso constitucional de la nación interrumpido por el golpe de estado de 1952, no sólo despojó al pueblo de las garantías más fundamentales de un estado de derecho, sino que ha intentado despojarlo también de su memoria colectiva, disfrazando tanto el pasado republicano de la isla como la realidad de su presente.