Estamos ante una interesantísima muestra de la correspondencia de Pablo. El autor de este libro dice en su declaración de intenciones: Siempre me había asustado entrar en obra tan compleja, donde se encuentran abundantes páginas antológicas, de una calidad cristiana inigualable y una creación de lenguaje teológico muy importante, pero que con frecuencia no se ve exento de esa retórica que se prestará a convertirse en la liturgia y en lenguaje convencional piadoso, más tarde o más temprano, en fuente de tópicos con mutaciones semánticas notabilísimas. Después
están todas esas secciones personales que abarcan imposiciones, consejos, desahogos y
autojustificaciones... Y todo esto desde un hombre que ama profundamente a Jesucristo.
Difícilmente encontraremos una obra más humana y más difícil de enjuiciar, más llena
de vida, de temperamento, de luces y sombras y de fe. Benito Acosta, como en sus anteriores ensayos sobre el N.T., ha estudiado la obra y lo que de ella se viene diciendo, pero después, se ha enfrentado en su ensayo con el texto desnudo, huyendo de toda erudición bibliográfica, si exceptuamos aquellas citas que aclaran las conclusiones personales a las que ha llegado algún que otro exegeta, para evitar así que el lector pueda atribuírselas a él.