Ahora, cuando nos hemos acostumbrado a leer poesías deshumanizadas, exentas de magia y de romanticismo, este libro de David Coll es como un bálsamo que cura los huecos de amor, todas las ausencias y las hondas preguntas que el hombre moderno suele hacerse en torno al destino último de la vida.
Alejandro López Andrada