Consciente de la carga de insatisfacción y agobio de la vida diaria americana surgida tras la Segunda Guerra Mundial, de los embotellamientos, de la hipertensión y los rostros tensos por encima de los Martinis del aperitivo, Richard Walter, su decidida esposa y sus cuatro revoltosos hijos se regalan unas largas vacaciones de más de un año en el pequeño valle de Angostura. Un destierrro voluntario en un lugar donde no existe la corriente eléctrica ni la urgencia por instalar un nuevo electrodoméstico, pero que les permite gozar de la vida familiar y del calor de la amistad. Richard Walter es capaz de sumergirse con la pasión de un amante, la perspicacia de un etnólogo y la vitalidad de un humanista en nuestra geografía y nuestra historia, describiendo con tierno humor y sorprendente lucidez los personajes, tipos y situaciones de una sociedad que lo acoge sin reparos. Un libro delicioso e inteligente que nos transporta a un mundo a punto de desaparecer y nos hace saborear el placer de la vida sencilla.