La sutil línea de separación entre Leyendas y Cuentos no me quedó bien definida. Mi madre Juana Morales Alarcón- haciendo de paje de los Reyes Magos me regaló al cumplir mis once años unos maravillosos libritos que se titulaban Leyendas taumatúrgicas . De ellos, la que más me gustaba de leer era la del hijo del capitán de los bandidos que tenía enferma la piel, y que la mujer del bandido al ver bañar al niño Jesús por la virgen María, le pidió no tirase el agua, y bañó en ella a su hijo enfermo y al instante aquella enfermedad que tenía en la piel se le curó. ¿Cuento o Leyenda?¿ Leyenda o Cuento? Nunca esa delicadísima línea me quedó bien definida.Es posible que fuese ya un poco ecléctico entre los relatos tradicionales o maravillosos y los relatos de sucesos reales o ficticios.Esta línea de separación la cruzaba continuamente, era tan débil que no notaba cuando la traspasaba; escogía siempre lo que me parecía más verosímil pero sin ligarme a ninguna definición sobre los cuentos, las leyendas o relatos y menos aún a una tajante catalogación. Mi deseo de siempre es el recopilar y dar a conocer.Como es lógico,no digo,esto es cuento, o esto es leyenda.Vengan después otros a catalogar, diseccionar o comentar.Yo creo que cumplo, con este pequeño trabajo de composición,recopilación y aportación de nuevos elementos, logrando incrementar o al menos que no se pierda, el acerbo cultural de esta población.El autor: