Reyes, Alfonso
Hay pájaros músicos pero no hay pájaros oradores. Lo que, al fin y a la postre, es una suerte. Cuando trina la alondra, Julieta sabe que va a amanecer, y Romeo comprende que es hora de separarse de su amada. Pero ¿qué hubiera sido del inmortal pasaje de Shakespeare si, en vez de la alondra, algún (...)