Mediada la Guerra Civil española un modesto campesino es movilizado en el bando republicano. Su carácter sosegado y su pacifismo valeroso, de algún modo le sirven para eludir el miedo, pero al tiempo esa templanza se convertirá en un reclamo de consuelo para los que a su lado sufren los efectos devastadores de la guerra.
Los defectos en la educación y la confusión intelectual son para el autor los motivos esenciales que condujeron a los españoles al desastre. Y no es eso lo peor, sino que, trasladados a la actualidad, se teme que nada haya quedado superado a causa de la contumaz inmadurez de los descendientes de quienes lo sufrieron.