Hombre valiente, viril, fuerte... Macho. Término que originalmente designaba al animal de sexo masculino, con la revolución adquiere la fuerza de símbolo de la mexicanidad y el patriotismo. Pieza clave en la definición actual de la masculinidad, el macho es un estereotipo cuya historia se entreteje con la del mestizo. A partir de un preciso análisis que comienza en la colonia, pasa por el pensamiento eugenésico de los científicos del porfiriano y culmina en los regímenes posrevolucionarios. Machos y machistas pone en tela de juicio la radiografía del mexicano inaugurada por la obra seminal de Samuel Ramos, el perfil del hombre y la cultura en México, y apuntalada en el imaginario nacional por el laberinto de la soledad de paz, así como por las contribuciones de Erich Fromm, Santiago Ramírez y Óscar Lewis: la del hombre en quien valentía, arrojo y hasta bestialidad encubren un profundo complejo de inferioridad. Científicos, artistas e ideólogos se entrecruzan con personajes como pancho villa, Jorge Negrete, Pedro infante y Mauricio Garcés, entre otras figuras que han contribuido a la construcción del mito del macho.