ABISMO. Si acaso alguna vez nos conocimos y hasta el fondo del alma nos miramos, o no supimos ver, o no quisimos y sin nada en el alma… nos amamos. Qué ceguera tan triste; no supimos el mal que sin querer nos acarreamos; no hubo nada en el alma y no lo vimos y a querer sin amor… nos resignamos. Si pasado algún tiempo lo sentimos y tontos uno al otro nos culpamos, fue por esa ceguera que tuvimos que dio en imaginar que nos odiamos. Mas no hay tal; de todo eso que sentimos, ni en amar ni en odiar nos ocupamos; sólo hay la indiferencia que sentimos, y un abismo entre dos….que no llenamos. AQUELLO QUE SUEÑAS. Aquello en lo que cada noche sueñas has de saber que solamente es sueño, por más que en ello pongas tanto empeño en tenerlo, pues sientes halagüeñas y dulces travesías por sedeñas veredas, que conducen a ser dueño de ese lugar que, siendo tan pequeño, el alma entera en conseguirlo empeñas. Bendita la ilusión que te consume; maldita sinrazón la que te impide tener lo que con tanto ahínco pide tu corazón, que si dudar no asume vivir sin disfrutar de ese perfume fragante que tan buen olor despide.