DEL ESCENARIO A LA OSCURIDAD

Cuando todo era luz y brillo, rodeada de focos, miradas y aplausos, trajes con estrás o lentejuelas, volantes y ostentosos tocados en la cabeza, vivía feliz en la ignorancia de que existe algo más.
Parecía imposible, pero hay vida más allá del escenario.
Hay mucha luz en la oscuridad, y hay una persona dentro de cada uniforme, da igual la profesión.
Las circunstancias transformaron los zapatos de tacón en calzado bajo y feo, el tocado en gorra, el abanico en grilletes, el matón en porra, y las castañuelas en una placa de vigilante de seguridad, los halagos que alimentaban mi ego, en ofensas que dañaban mi autoestima, hasta que comprendí que tanto piropos como insultos son lo mismo……… nada, por dentro sigo siendo la misma.
Gracias a esto aprendí que las ropas solo son disfraces, hay que ser capaz de mirar a través.
Hay brillos vacíos, espejismos que ocultan la verdad, y verdades escondidas en las sombras, que solo se ven con los ojos del alma.
La importancia de las cosas cambia según se miren desde una perspectiva u otra.
Yo doy gracias al destino por ofrecerme la suerte de poder verla vida desde ángulos tan diferentes, y espero seguir aprendiendo siempre.
Es muy diferente todo desde un servicio de vigilante, descubres cosas que ni siquiera imaginabas que podían estar ahí, en sitios por donde habías pasado miles de veces, y nunca te habías fijado en ellos