Nkwame es un ghanés inmigrante ilegal en Copenhague que es víctima de un error judicial. Es uno de esos errores que no alteran la conciencia de quienes lo causan, de hecho los que intervienen en comisión ni siquiera se dan cuenta de la tontería que han hecho, pero que marcan la del resto de la vida de los que reciben el golpe. Así que lo meten en un avión y lo deportan a Camerún. Al recibir en su propia cara el calor del África Ecuatorial tiene que tomar una decisión. Vuelve a Accra o trata de regresar a esa Europa de sus sueños que tan mal ha sabido valorar sus cualidades. Y como no está dispuesto a retornar a su país con el rabo entre piernas, busca la ruta más directa hacia el dichoso porvenir que espera encontrar en el Norte. Comenzará entonces una odisea contemporánea que le llevará a atravesar catorce países en dos continentes, a afrontar una tras otra situaciones límite para las que muy pocos están preparados, y a superar todos los obstáculos, tan verosímiles como inquietantemente repetidos, que se interponen entre su exilio y su objetivo. Eso sí, con ayuda de sus amigos. Escasos, cierto, pero de verdad.