Carlos Cruz retrata en No es la noche las existencias de Eva y Juan. Eva es policía y encara su primer día en el cuerpo al sur de Tenerife. Juan lo está pasando mal y sabe que no hay futuro. Eva tiene claro que su hijo es lo más importante. Juan está en una encrucijada; es una moneda en el aire. Por eso no huyen, no vale la pena. Han dejado sus coartadas atrás. Cuando se juntan, se hace de día en sus vidas y la oscuridad ya no es igual. Cuando se encuentran su noche es también un poco nuestra. Por fin.