¿Cuántos cines abiertos de barrio y cerrados tuvo nuestra ciudad? Es una buena pregunta para decidirnos a leer este trabajo. Para empezar, hemos elaborado una lista alfabética de ellos, que sirva como abrebocas a sus potenciales lectores. Es la que sigue más abajo:
ABC 1 y 2, Acapulco, Águila, Alameda, Amazonas, América, Apolo, Astral, Astor, Atlántico, Ayacucho, Bamba, Bolívar, Bolivia, Boston, Boyacá, Buenos Aires, Caldas, Capri, Caribia, Carrizal, Cine Hogar, Cinemas 1 y 2; Cinelandia, Cine-Centro, Cinerama, Cine Royals, Coliseo, Colón, Colombia, Chiquinquirá, Danubio, Delicias, Doña Maruja, El Dorado, Granada, Ideal, Junior, Kennedy, Las Nieves, Las Palmas, Lido, Luz, Magdalena, Metro, Metro 1 y 2; Modelo, Murillo, Mogador, Nuevo, Obando, Olaya, Ópera, Paraíso, Real, Rebolo, Rex, Rialto, Tolima, Tropical, San Carlos, San Isidro, San Roke, Variedades, Victoria, Virrey…
Amigo lector:
¿Recuerdas estos nombres? Son correspondientes a los numerosos teatros y cines de barrio de aquella Barranquilla que se nos fue…
Y He Aquí entonces que el historiador José Nieto Ibáñez decide conceder la petición:
Nostálgicos recuerdos del cine en Barranquilla; no pudo haberle dado un título más nítido y atinente a su presente trabajo. Un recorrido exhaustivo, minucioso, sistemático; con toda la gala y la pompa investigadora que esta amplia franja de tiempo amerita; en el marco de una ciudad en crecimiento, bulliciosa, que a pesar de sus devaneos comerciales e industriales, de sus reconocidas inclinaciones pragmáticas, cedió consciente y consecuentemente un espacio para alimentar el espíritu y de qué manera: bajo el manto imperial de las estrellas en los cines abiertos, o en el recinto alfombrado y reservado de los cines de techo.
A no dudarlo, esta obra de Nieto Ibáñez tomará vuelo y perdurará más allá de los confines de la localidad y la Nación; pues si bien cumple deferentemente y a la perfección con la petición de conocimiento cursada- todos, y en cualquier época -, igualmente se insertará con pergaminos en el flujo universal de la historia del cine; en la trayectoria de seguimiento de esas sugestivas imágenes en movimiento, en la que todos y en cualquier época -, nos hemos asomado para vernos a nosotros mismos.