La joven cirujana cardiovascular Miranda Martín, tras huir de su domicilio conyugal, emprenderá un camino en solitario con miedo a volver y la culpa amarrada a su alma… Junto a su amiga Maribel, decide matricularse en una academia de baile flamenco para mitigar la soledad que siente al llegar a su diminuto apartamento después de estar todo el día trabajando en el hospital Bellavista. También acude a clases de baile por la necesidad de reiniciar una ilusión infantil que una profesora le frustró cuando tenía ocho años. En esta academia encuentra a un grupo humano variopinto. Sin embargo, descubre que existe un factor en común; todos los discípulos acuden a las clases de flamenco para olvidar algo durante ese momento mágico de la danza. Allí conoce al Ruso; un bailaor gitano, rubio, de ojos azules con aspecto eslavo que la hace tambalear. La particularidad de esta academia es que se ubica en la zona más peligrosa y marginal de Sevilla, Las Tres Mil Viviendas, en pleno Polígono Sur… Pero la doctora no deberá enfrentarse solamente al duelo de su ruptura matrimonial, sino también a una realidad familiar que, inesperadamente, se abrirá paso y cambiará el  concepto que tenía de sus seres más allegados (padre, madre y hermana).