Conozco a Javier Garralda desde hace algunos años. Tiene una buena pluma, de estilo ágil y preciso, con la habilidad de abordar casi cualquier tema con un gran sentido común y con una profundidad de fino teólogo y filósofo. Sus artículos nunca me han dejado indiferente. Se atreve a escrutar los signos de los tiempos y extrae de los mismos impresiones siempre útiles para nuestros contemporáneos. El amable lector tiene en sus manos un libro plenamente escrito y pensado para personas del siglo XXI: temas de interés, lectura fácil y corta longitud de los artículos. Los textos han sido perfectamente publicables en Internet, donde todo tiene que ser corto necesariamente para ser leído. Cada capítulo es autónomo en sí mismo. También es atractivo como libro de mesilla de noche o de fin de semana de relax. No siempre nos hallamos ante escritos política o socialmente correctos . Pero eso los hace aún más atractivos. Huye el autor de la irracionalidad, de la incongruencia y de la insoportable levedad de buena parte de la cultura española actual. Uno aprende de sus textos, se entretiene con sus consideraciones y gusta de unas opiniones que sin ser pretenciosas siempre son sanas (...) . (Del Prólogo del Dr. Josep María Simón Castellví) (...) Claro está que aquellos que comparten mi fe podrán seguir más ágilmente su lectura. Pero sean bienvenidos aquéllos que inicialmente sólo captarán sus aspectos ra­zonados, porque no creen. Les puedo comprender porque durante un buen número de años de mi juventud fui ateo. Pero Dios tuvo misericordia de mí y me hizo ver que existe y que es maravilloso. Me hizo percibir que es amor más allá de lo que pueden decir las palabras y que quiere que nosotros participemos de este amor, amando incluso a nuestros enemigos. Aún estoy lejos de practicar plenamente lo que comprendí, pero no me desanimo (...) .(De la Presentación del autor)