Los Ocho del Infierno eran la única familia que había necesitado en su vida... hasta que conoció a la mujer que siempre había deseado...

Caine Allen no era de los que se casaban. Pero después de rescatar a una mujer y llevarla a casa, el reverendo del pueblo le pidió un favor que debía hacer por honor. Desde el momento que se acostó con Desi, Caine supo que aquello iba a ser complicado. Desi tenía una voluntad de hierro y, aunque necesitaba su protección, tenía la firme determinación de no volver a dejar que ningún hombre la controlara. Entre ellos había un estrecho vínculo, pero a Caine eso no le bastaba. Quería todo lo que ella podía ofrecerle: sus sueños, sus gemidos, sus exigencias... todo. Pero seguía habiendo una recompensa por su cabeza y satisfacer a Desi sexualmente estaba resultando mucho más fácil que mantenerla con vida.