LA NATURALEZA ES UN BIEN ESENCIAL PERO ESCURRIDIZO PARA LOS POBRES DEL PLANETA. Diariamente aporta unos medios de vida de subsistencia para los hogares pobres del medio rural, pero ofrece escasas perspectivas de crear oportunidades, riqueza y seguridad; los pilares del bienestar. Esto no tendría por qué ser así.

La realidad de la pobreza actualmente es que casi la mitad de la población mundial vive con menos de 2 dólares al día y un 75 por ciento de ellos, casi 2.000 millones de personas, vive en zonas rurales altamente dependientes de los recursos naturales para su sustento. Recursos mundiales (en español) sostiene que empresas diseñadas apropiadamente pueden mejorar estos medios de vida y, en ese proceso, crear resiliencia económica, social y medioambiental que pueda amortiguar los impactos del cambio climático, mantener las comunidades enraizadas y ayudar a conseguir estabilidad social. Este informe se basa en el anterior, Recursos mundiales: La riqueza del pobre. Mostraba que los ecosistemas pueden convertirse en el centro de un potente modelo de empresas basadas en la naturaleza que distribuyan beneficios económicos y sociales entre los pobres, incluso al mismo tiempo que conservan la base de recursos naturales. Los hechos demuestran que las familias pobres rurales, si son empoderadas con derechos seguros sobre los recursos, pueden aumentar de forma significativa el flujo de ingresos que obtienen de la naturaleza gracias a una gestión prudente de los ecosistemas.

Ahora, Recursos mundiales: Las raíces de la resiliencia investiga en esta nueva edición qué es necesario para conseguir expandir esas empresas basadas en la naturaleza hasta lograr un mayor impacto geográfico, económico, político . Esta obra identifica tres elementos críticos: la propiedad de la comunidad y el interés propio, el papel de las organizaciones intermediarias en la creación de habilidades y capacidades y la importancia de las redes formales e informales como apoyo y estructuras de aprendizaje. Subraya qué acciones específicas pueden adoptar los gobiernos a todos los niveles para fomentar y respaldar ese cambio.

Cuando estos tres elementos están presentes, las comunidades pueden comenzar a liberar la riqueza potencial de los ecosistemas en formas que realmente alcancen a los pobres. Al hacerlo construyen unas competencias que no sólo se aplican a las empresas basadas en los recursos naturales y que contribuyen al crecimiento económico rural en general, incluyendo la transición gradual que supere la simple dependencia de los ingresos procedentes de los recursos naturales. Las comunidades también obtienen mayor resiliencia.

Son precisamente las nuevas capacidades que desarrollan los miembros de la comunidad cómo dirigir un negocio próspero, cómo emprender proyectos comunitarios y cómo crear instituciones funcionales e incluyentes las que dan lugar a una mayor resiliencia social y económica. La percepción de los ecosistemas como bienes valiosos que pueden ser poseídos y gestionados para conseguir beneficios sostenibles es lo que levanta los pilares de la resiliencia ecológica. En conjunto, estas tres dimensiones de la resiliencia respaldan el tipo de desarrollo rural cuyos beneficios persisten frente a una gran variedad de retos, medioambientales y de otros tipos, que las comunidades pobres están seguras de que tendrán que afrontar en el futuro.

Recursos mundiales: Las raíces de la resiliencia es el duodécimo volumen de esta serie. En combinación con EarthTrends presenta un amplio abanico de estadísticas sobre tendencias medioambientales y de desarrollo.

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