Las campañas para la prevención temprana del cáncer de mama se han incrementado en Europa durante los últimos años, al mismo tiempo que aumenta el número de mujeres que participan en los programas de detección precoz. Las pruebas suelen consistir en mamografías rutinarias que, en general, confirman a las participantes la ausencia de cáncer o, en su caso, la sospecha de cáncer. No obstante, algunas mamografías (10-20%) suelen ser interpretadas como defectuosas o no concluyentes, y deben ser repetidas. ¿Hasta qué punto esta segunda citación genera en la mujer expectativas de padecer cáncer, asociadas a niveles elevados de incertidumbre y problemas de salud mental? ¿Es perjudicial para la salud mental de la mujer la participación en segundas pruebas de screening? ¿Cómo podrían minimizarse sus posibles efectos? Este libro analiza estas cuestiones y aporta claridad al respecto, constituyendo uno de los pocos estudios que hasta el momento se han llevado a cabo para investigar dicho problema.