DURANTE EL SIGLO XX, la búsqueda de nuestros ancestros abarcó cuatro continentes y dio como resultado el descubrimiento de cientos de fósiles. La mayoría de estos descubrimientos viven plácidamente en colecciones de museos, pero algunos se han convertido en celebridades, abrazados por amplias audiencias y considerados puntos de referencia para entender nuestros orígenes. En este libro, la divulgadora científica Lydia Pyne explora la forma en que siete esqueletos alcanzaron la fama.
Pyne nos presenta al Neandertal de La Chapelle, prototipo de 100 años de caricaturas del hombre de las cavernas; al Hombre de Piltdown, “simio de los albores” de Charles Dawson, que fue aceptado por la comunidad científica durante cuarenta años, hasta que se reveló que no era sino un fraude cuidadosamente elaborado; al Niño de Taung, un pequeño cráneo cuya fama se debe a la tenacidad de su descubridor; unos huesos procedentes de China, mundialmente conocidos como el Hombre de Pekín, y que se perdieron para siempre en la Segunda Guerra Mundial, así como a la entrañable Lucy, que debe su nombre a la canción de los Beatles y que es un verdadero icono de la evolución, y al “hobbit” de 90 cm procedente de Flores, Indonesia, para cerrar con el Australopithecus sediba, un fósil de 2008 que tiene su propia cuenta de Twitter.
Pyne recurre a la paleoantropología, a entrevistas, a exhibiciones de museo, ciencia ficción e incluso a la poesía, para traer a la vida a cada fósil. También captura su vida después de la vida, igual de importante y atractiva: cómo son descritos, exhibidos y compartidos entre las comunidades científicas y el público.