Esta obra es un sueño y como tal tiene momentos raros, momentos abstractos y momentos coherentes, puede haber sido realidad o quizás no. Estoy convencido que todos y cada uno de nosotros, alguna vez en la vida solemos tener un sueño que recordamos al despertar. Un sueño en el que a veces somos felices y otros en cambio, no lo pasamos del todo muy bien que digamos. Esta obra es un sueño y como tal tiene momentos raros, momentos abstractos y momentos coherentes, que pueden haber sido realidad o quizás no. Está dedicada a los soñadores, a los descubridores, a los románticos, a los que han compartido los deseos con las dedicatorias a Platón y a don Carnal, en definitiva al amor en todas sus variedades. Sobre todo está dedicada al inventor de este delicioso postre, que ha rubricado todos y cada uno de mis encuentros amorosos, puede haber sido realidad o quizás no, además de su delicadeza, su sabor y su apetecibilidad de ser compartido. El simple hecho de pronunciarlo al realizar la comanda al camarero y prolongar su terminación mientras giras la cabeza hacia tu partner de esa noche .