José María Pinillla parte de la transparencia pura de su hombría hasta recalar en las arenas movedizas de la palabra.
Allí comienza la aventura hacia el asombro de esa terrible inocencia que impone toda poesía. Su discurso apuesta a la difícil sencillez lejos de toda simpleza para llegar a una hipótesis del mundo y desarrollarla en un proyecto creativo de selección sin caer en la seducción de vanguardias y bretes epistemológicos de turno.
A veces arriesga perderse en las trampas con las que nos acecha la intertextualización pero sale airoso transitando con serena madurez.
Jorge Meretta
Uruguay