Un análisis cuidadoso del libro (Una Ética para los retos del presente y del futuro. Reflexiones inspiradas desde el estudio de la propuesta de Hans Küng de una ética global), escrito por Gerardo Martínez Cristerna, nos permite descubrir un material amplio y valioso, referente al tema central, expuesto anteriormente a través de presentaciones del famoso teólogo suizo, Hans Küng, en diferentes lugares de México, ensayos, conferencias, apuntes y artículos. La diversidad de medios de exposición de un tema común ante destinatarios distintos, es muestra del mensaje de optimismo y esperanza ante una situación de cierto pesimismo y desesperanza de las generaciones actuales. Es necesario hacer notar que, para el autor, lo más importante es poder comunicarse coloquialmente con todo tipo de personas y difundir la realidad del comportamiento mundial y actual de mujeres y hombres caracterizado profundamente por una crisis axiológica, que genera violencia y corrupción, con el fin de despertar la conciencia individual y colectiva a favor de la creación de una Ética Mundial, que garantice una mejor armonía y comprensión entre los seres humanos. Tras este objetivo, Gerardo Martínez Cristerna hace un recorrido por un camino de cinco pasos, que son: 1) Origen de la propuesta ética del autor con apoyo de Hans Küng; 2) Comienzo del desarrollo del marco teórico en el que se genera la Ética Mundial en México; 3) Una visión global de los factores que alertan la necesidad de una Ética de la Responsabilidad; 4) La Universidad como principal promotor de una Ética de Responsabilidad ; y 5) La Ética de la Responsabilidad en las empresas. Para ello, se encuentran fundamentos mínimos, que son resultado de acuerdos pluriculturales y a la vez, constituyen la base de una Ética Mundial, a saber, Ética de la Responsabilidad. Existen ciertas condiciones de posibilidad, que son la convicción de que no puede darse un nuevo orden mundial sin una Ética Mundial, ya que ni la Política ni la Economía, ni siquiera las Religiones han sido capaces por sí solas de resolver, al menos en parte, los fenómenos de corrupción y violencia. Otra, es la máxima de que todo ser humano debe recibir un trato verdaderamente humano, y disposición para asumir un cambio de mentalidad ante el problema. Resalta la propuesta de algunos principios éticos fundamentales, tales como la responsabilidad, el diálogo, respeto por la naturaleza, el ser humano como sujeto y no como objeto; y otros más que podrían conformar la Ética Mundial.