La educación es el fiel reflejo de la sociedad y si está en crisis es porque la sociedad también lo está. Existe en el ser nacional una crisis de valores y una creciente deshumanización producida por una revolución cientifíco-tecnológica que ha privilegiado una cierta moral del éxito para alcanzar una prosperidad falaz que, a la larga, compromete nuestro destino como país. En este contexto, el libro de Miguel Torres, Una revolución pacífica, constituye un valioso aporte que señala, con claridad meridiana, las pautas para hacer de nuestra tarea educativa una acción que prepare no para la posesión y la fijación de nuestra existencia en el disfrute de lo adquirido, sino para la creación y la emergencia de los más nobles valores de la humanidad. Es una tarea que compromete a todos los peruanos de buena voluntad, que deseanmos una prosperidad basada en un desarrollo sostenible y en sólidos principios, valores éticos y morales. Existen sucesos que cambian la rutina nacional y demandan otro tipo de formación. Hay que reconocer que se ha perdido mucho en la enseñanza de los valores morales y que, si no se rescatan, todo el crecimiento económico del país se echará a perder. Este libro tiene la misión de empezar una Cruzada semejante a aquellas de la Edad Media, pero a favor del Respeto. El Evangelio nos indica que el Señor quiere que todos seamos prosperados en todo sentido, especialmente prósperos en alma. Ha habido muchas Revoluciones en la historia del mundo, sangrientas en su gran mayoría, pero la que el autor de este libro propone, con un título paradójico, es Una revolución pacífica, pues está convencido de que solo el Respeto salvará al Perú.