Vértigo idóneo contiene esos poemas que escribo mientras patino. La vida me ha colocado con unos afilados patines sobre una fina y madura capa de hielo y yo patino, si me quedo quieto el hielo se derrite y me hundo. Vértigo idóneo es el vértigo que todos necesitamos para seguir adelante, el vértigo de Scottie Fergusson colgado de una repisa de San Francisco y no el de James Stewart en un plató de rodaje. Los Poemas de la Incertidumbre del Astrágalo corresponden a otro momento de mi vida en el que iba un poco a la deriva, esos años en los que la poesía lo era casi todo, años pasados al fin y al cabo. El Astrágalo, un hueso con nombre de monstruo, con el que tanto he jugado de pequeño. Una vez separado del cuerpo del animal y seco se usa para juegos de azar a modo de dado, también se le llama taba, así le llamábamos en casa pero astrágalo me gusta más. Los últimos poemas dedicados a El Escorial no podían faltar en este libro ya que El Escorial -un Escorial englobador sin diferencias territoriales y administrativas entre los dos pueblos que lo componen-, El Escorial, digo, es una parte importante en mi vida, influye en mi espíritu y muchas veces determina mi humor.