“Dame un verano suave y ligero, que no termine nunca.”
Verano en Buenos Aires. Carolina, una escritora que trabaja en una revista de espectáculos, se acaba de separar y en su búsqueda de placer se enreda con un actor, un músico y un conductor de radio. ¿Su objetivo? Encontrar sensaciones intensas para despegar de la chatura de la vida cotidiana y la falsedad del mundo del jet set, y convertir a esos hombres en personajes de su nuevo libro, mezcla de diario íntimo y crónica, mientras ella misma se vuelve un personaje literario.
Con Verano, su segunda novela, Karina Noriega continúa la línea narrativa que había comenzado, con desparpajo e irreverencia, en Punta del Este. Por sus páginas, entre chats de alto voltaje y canciones pop, desfila todo el star system que puebla las tapas de las revistas del corazón y vive a golpes de likes en las redes sociales, mientras la protagonista se arroja sin red a vivir romances pasajeros que bien valen una de esas tapas. El resultado es una novela que se lee como un artefacto de época, un juego de seducción que combina el erotismo con la frivolidad de un mundo construido en la delgada línea entre la realidad y la ilusión.