“Mirá que a partir de ahora cambia todo. Tu relación con la gente va a ser distinta y no vas a poder decir siempre lo que pensás. Vas a tener que medir el efecto que eso produce.” Zeta Bosio recibió este consejo poco antes del estallido Soda Stereo. Treinta años después, el fundador y bajista del grupo recuerda en sus memorias cómo fue estar permanentemente en el ojo de la tormenta. Su amistad con Gustavo Cerati y Charly Alberti, los distanciamientos y las reconciliaciones, los orígenes y el final de una maquinaria sonora y estética que marcó a varias generaciones, relatado como nunca antes.
A mediados de los años 80, Soda Stereo estrenó el pasaporte del pop argentino de masas y lo hizo viajar a lo largo y a lo ancho de Latinoamérica. Grandes canciones, imagen de época y una voracidad artística constante por generar cambios fueron algunos de los elementos que derivaron en un éxito continental sin precedentes.
Yo conozco ese lugar recorre la trajinada vida de su autor, al mismo tiempo que revela la intimidad del grupo y sus secretos de convivencia con una honestidad tan admirable como sorprendente.