Montagner Anguiano, Eduardo
Carlo sabe que las botas de hule de Paolo encierran un éxtasis exclusivo, hecho únicamente para él. Lo atrapan, lo enervan, lo transgreden como él a ellas. También sabe que su fetichismo es de por sí un riesgo, y que lo es más en el pueblo lleno de establos donde ambos viven. Por obra y gracia (...)